Reflejos cósmicos

Lugar: Salón de clases
Tiempo: Hora de Derecho.
Situación: Avioncitos de papel volando por doquier.

Encontrabame yo sentado en mi silla, charlando con mi estimado compañero de banco, seguramente discutiendo sobre la verdad de la milanesa, o pensando en las divertidas consecuencias de agregarle un chorro de vodka al café con leche matutino. Mentira, no discuto el contenido de mi desayuno con otras personas.

La cuestión es que, en un momento se me ocurre mirar hacia el frente y veo algo espantoso... la muerte... en forma de avioncito de papel viajando a toda velocidad hacia mi rostro. Pero no me dicen "Takamatrix" por nada. No, en serio, nada de lo que hago hizo que me dijeran "Takamatrix" nunca en mi vida. ¿Qué hice entonces? Cuando el instrumento de muerte se encontraba a escasos 6,57 cm de mi cara, eché mi cabeza hacia atrás cual Neo esquivando balas (que dicho sea de paso, parece medio bala), y con mi mano izquierda tomé el avioncito en el aire, cual Memnom en el Rey Escorpión cuando agarraba la flecha.

Después de que terminaron los aplausos y las ovaciones que tenían lugar en mi mente, arreglé el maltrecho avión, y lo envié por donde vino.

Y colorín colorado, un post más hemos robado.
Chim pum.

Saludos, El Doc.

PD: Terraco, si no posteas voy a tener que empezar a contar boludeces peores, como lo del pibe al que le sonó el celular en los cursillos con la música de "Almorzando con Mirtha Legrand". Me alegró la tarde.