viernes, 15 de agosto de 2008

Hellboy II: The Golden Army

La secuela del comic de Dark Horse, dirigida por Guillermo del Toro, es un peliculón a mi forma de ver. Es una completa evolución de la primera entrega, tanto en trama como en efectos especiales. La película se ve completamente envuelta en su propio universo dentro del mundo normal y tiene una historia que dentro de lo mágico y lo fantástico se la puede considerar como "real", por su buen desarrollo y creación.


En esta película vemos como Hellboy y la agencia de Investigación y Defensa Paranormal deben lidiar con un antiguo principe elfo y sus ganas de... conquistar al mundo, aunque esta vez en el intento de salvarnos a todos finalmente es revelada la identidad del originario del infierno. Ahora todos saben de la existencia de él, de Abe y de Liz (igual se sabía algo de ellos por videos de Youtube).
Como en toda película de comics hay grandes peleas y grandes monstruos: primero nos encontramos con un elemental del bosque, una criatura inmensa y poderosa, que también es la última de su especie. Esto genera un dilema con nuestro héroe rojo, ¿aniquilar a una especie o dejarla viva con su último ejemplar? Igual Hellboy la hace cagar aceite, pero me parecio interesante porque él también es el último de su especie. Esta escena también destaca por los asombrosos efectos y porque Hellboy pelea con un bebé en sus brazos.


La segunda gran pelea es la batalla final, donde debe pelear con el ejercito dorado (the golden army) que le da el nombre a la película, este ejercito está compuesto por 4900 soldados o más bien "70 soldados 70 veces". Acá podemos ver las maravillas de la tecnología actual. Grandes efectos hacen a grandes escenas y esta es una gran escena.
Por otra parte, Hellboy consigue un nuevo compañero, el aleman Johann Krauss, un ser que en la película no explica su pasado ni como se convirtió en un ser de ectoplasmatico, pero demuestra que es el segundo más fuerte del equipo al poseer a uno de los robots del ejercito.

Sinceramente una muy buena película que vale sus 110 minutos. Por los efectos, la gran trama y la excelente actuación de Ron Perlman se lleva un 9 de 10.


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