Originalmente se lo iba a poner en el muro a nuestro queridísimo intendente. Pero vaya a saber porqué putas, el facebook no me dejó. Así que tomen, diviértanse.
Miguel, veo que le reclaman constantemente que fumigue a los mosquitos. Como me parece que la cuestión es muy despareja, vengo a traerle una carta de parte de ellos, para que vea que no todo el mundo está descontento con lo que hace.
Sr. Intendente:
Como Intendente de los mosquitos, me dirijo a usted para agradecerle por todo lo que está haciendo por nosotros. Nunca nos habíamos sentido tan comodos en Rosario. Siempre fumigándonos, discriminándonos por ser portadores del Dengue, aplástandonos contra las paredes, los vidrios, o bien entre las manos. Pero ahora no es más así.
Recuerdo todavía cuando nos levantabamos con la caída del sol y nos ibamos a dormir con la venida del mismo. Ahora somos más eficientes, trabajamos las 24 horas del día, picamos a la mañana, picamos al mediodía, picamos a la tarde, y por supuesto seguimos picando a la noche.
Antes nuestros lugares preferidos eran los parques, las plazas, en fin, todos los espacios verdes. Pero gracias a usted pudimos expandirnos uniformemente, y ahora cualquier casa tiene tanta densidad de mosquitos como la selva amazónica.
Y cómo no hablar del siempre tan popular OFF!, con sólo escuchar su nombre solíamos temblar. Con nuestra demografía en constante crecimiento, ya no podemos darnos el gusto de elegir, picamos con OFF! sin OFF!, lo único que todavía respetamos es el Raid, pero no se preocupe, ya tenemos a nuestros mejores mosquitos trabajando en eso.
Por supuesto que no puedo dejar pasar su excelente programa de viviendas. Siempre echándonos de las islas. Por fin llegó alguien con un poco de sensibilidad y entendió que necesitabamos un hogar. Gracias Sr. Intendente, ahora podemos criar nuestras larvas a gusto.
Saluda Atte.
Dr. Juan Pablo Mosquito
Voy a probar un par de veces más, a ver si lo puedo publicar.
Saluda atte.
El Doc.
PD: Juan Pablo Mosquito, te recomiendo que leas "Mi guerra contra las hormigas", les puede llegar a pasar lo mismo a ustedes si siguen rompiendo las pelotas.
domingo, 29 de noviembre de 2009
jueves, 26 de noviembre de 2009
Mi lucha contra el crimen
Buenas noches damas y caballos. Caballeros. Arrancamos mal. Y seguro terminamos peor. Pero no sería Takaninja si las cosas no se dieran así.
Tenía un borrador dando vueltas, alguna vez lo voy a terminar de escribir. Pero esta historia merece ser contada sin más demora, para que vean que todavía hay esperanza, que hay héroes en las calles, que el crimen no se queda impune!!
¿Cuántas veces han dicho "hay que matarlos a todos", "la policía no hace una mierda", "no se puede salir a la calle", "pasame la salsa golf"? Probablemente más de lo que pueden contar. Quizás no la última, porque seguro prefieren la mayonesa, que poco gusto.
A ustedes que están cansados, les voy a contar la historia de mi último acto justiciero. Sin más preámbulo, procedo a narrar:
Encontrábame yo en el parque, sentado en el piso, acompañado de 5 personas más. Disfrutando del mate (que cebaba yo, porque la cebadora anterior no pegaba una, va con onda eh!), del sol, las olas y el viento, sucundum, sucundum. Tengo que parar de hacer ese chiste.
Todo iba bien, hasta que escuché la frase más trillada y temida¹ del mundo:
-Arriba las manos! Ésto es un asalto!
Yo estaba de espaldas, apenas si veía de reojo. Lo suficiente para ver que el supuesto asaltante no tenía nada peligroso en las manos. Sumado eso a las risas de mis compañeros, y al tono etílico que creí percibir en su voz, descarté la posibilidad de una a amenaza. Y me dije a mi mismo "Debe ser un borrachito pelotudo".
- Posible borrachito: No muchachos, ustedes no se tienen que reir. Cuando yo digo eso, ustedes tienen que gritar, llorar, cantar... (y algún otro verbo más). Vamos de vuelta. Arriba las manos! Ésto es un asalto!
No hubo respuesta.
- Actor frustrado: ¿Ah no me creen que ésto es un asalto?
- Super Doc Taka: No
- Pelotudo que no sabe con quién se mete: ¿Y que pasa si te rompo el cuello así? *acerca su mano izquierda a mi cuello, cometiendo así el peor error de su vida*
Recapitulemos. Yo estaba sentado en canastita, de espaldas a alguien que de borrachito semi-gracioso, se convirtió en borrachito amenazador. En el momento en que pronuncia su sentencia de muerte, de reojo le ficho los bolsillos, y me parece ver un bulto sospechoso, un cuchillo, una pístola, un tanque de guerra, quién sabe. No puedo correr riesgos. Acerca su mano. El tiempo se detiene.
Recordando mi entrenamiento taekwondoka, mi mano se atenaza sobre su muñeca y la tuerce con una violencia feroz, mientras yo me voy irguiendo en toda mi estatura. Hasta el momento en que despliego mi metro noventa (centímetros más, centímetros menos) en su totalidad, no termino de ver a quien tengo adelante.
Un vendedor de estampitas. O tarjetitas.
Sí, tampoco era lo que yo esperaba. No era el Guasón, ni el Pingüino, y mucho menos el Acertijo. Era un sucio y vulgar vendedor de estampitas. Sus peores crímenes seguramente consistirían en desconocer la ducha, ser enemigo acérrimo del dentista, tener una gran predilección por el vino en cajita, y por supuesto no tener gusto para la comedia.
Volvamos a la historia. Naturalmente no es lo mismo hacerse el gracioso con un muchacho que está sentado tomando mate que con un monstruo de mirada asesina que está a punto de romperte la muñeca y un par de cosas más si no salís de ahi rápido.
Pero soy un buen tipo, o eso me han dicho. Y no iba a usar mis poderes contra un pobre perejil. Así que lo solté, y el retrocedió un par de pasos asustado. Obviamente que no eran sus intenciones demostrar miedo, porque a un "tipo de la calle" no lo asustás tan fácil, claro que no. Pero bien que se alejó hasta que entendió que no le iba a romper la cabeza.
Se ve que el orgullo puede más que el sentido común a veces, y en vez de salir rápido antes de que yo cambiara de idea, decidió tentar su destino y quedarse, tratando de explicarme que no tenía intenciones de robarme.
Claro, porque yo no me di cuenta sólo eh? Te suelto porque me caes bien nomás, pelmazo.
-Doc. Taka: Listo flaco, ya está, ya pasó.
Ya sé que no me querés robar.
Vos viste como vivimos.
Ya compramos tarjetitas.
Eso fue más o menos lo que le dije.
Siguió intentando venderle tarjetitas a los otros. A mí no porque "Sos un mala onda, con vos no hablo". Menos mal que es por mala onda, yo pensé que seguías cagado en las patas.
Pero se ve que hizo de tripas corazón y se animó a tirar un último chiste:
- Larry De Clay: Querés que te cuente un chiste?
- Doc: A ver...
- Bocasucia: ¿Sabés cuál es el culo más virgen del mundo?
- Doc: No
- Suicida en potencia: ¿Qué, no le tenés fe al tuyo?
- Doc (con el pelo súbitamente rubio y los ojos azules destellantes): *mirada asesina*
- Mr. Lento: ¿Qué, te enojaste?
- Doc: Listo flaco, ya compramos, listo.
- Boludo resignado: Pero, pero, pero.... aaaahhh.... ma si, me voy.... (o algo así, anda a saber que dijo, pero se fue como un nenito cuando entiende que no importa lo que haga, no le vas a comprar el camión de bomberos porque ya le regalaste el muñequito de Buzz Lightyear que sale un huevo y ya lo dejó tirado sin pilas)
Después vino la ovación de la gente, los aplausos, el champagne, las chicas lindas y todas esas cosas que pasan cuando uno hace algo heroíco.
Bueno, eso fue El Doc contra el vendedor de estampitas para PC, espero que les haya gustado, chau.
Notas:
¹Sin contar el caso de que un negro de Camerún te diga "Date vuelta"
Saludos, SuperDoctorTaka.
-Combatiendo contra el crímen desde 1991-
PD: Flor de update mandé, no se pueden quejar.
Tenía un borrador dando vueltas, alguna vez lo voy a terminar de escribir. Pero esta historia merece ser contada sin más demora, para que vean que todavía hay esperanza, que hay héroes en las calles, que el crimen no se queda impune!!
¿Cuántas veces han dicho "hay que matarlos a todos", "la policía no hace una mierda", "no se puede salir a la calle", "pasame la salsa golf"? Probablemente más de lo que pueden contar. Quizás no la última, porque seguro prefieren la mayonesa, que poco gusto.
A ustedes que están cansados, les voy a contar la historia de mi último acto justiciero. Sin más preámbulo, procedo a narrar:
Encontrábame yo en el parque, sentado en el piso, acompañado de 5 personas más. Disfrutando del mate (que cebaba yo, porque la cebadora anterior no pegaba una, va con onda eh!), del sol, las olas y el viento, sucundum, sucundum. Tengo que parar de hacer ese chiste.
Todo iba bien, hasta que escuché la frase más trillada y temida¹ del mundo:
-Arriba las manos! Ésto es un asalto!
Yo estaba de espaldas, apenas si veía de reojo. Lo suficiente para ver que el supuesto asaltante no tenía nada peligroso en las manos. Sumado eso a las risas de mis compañeros, y al tono etílico que creí percibir en su voz, descarté la posibilidad de una a amenaza. Y me dije a mi mismo "Debe ser un borrachito pelotudo".
- Posible borrachito: No muchachos, ustedes no se tienen que reir. Cuando yo digo eso, ustedes tienen que gritar, llorar, cantar... (y algún otro verbo más). Vamos de vuelta. Arriba las manos! Ésto es un asalto!
No hubo respuesta.
- Actor frustrado: ¿Ah no me creen que ésto es un asalto?
- Super Doc Taka: No
- Pelotudo que no sabe con quién se mete: ¿Y que pasa si te rompo el cuello así? *acerca su mano izquierda a mi cuello, cometiendo así el peor error de su vida*
Recapitulemos. Yo estaba sentado en canastita, de espaldas a alguien que de borrachito semi-gracioso, se convirtió en borrachito amenazador. En el momento en que pronuncia su sentencia de muerte, de reojo le ficho los bolsillos, y me parece ver un bulto sospechoso, un cuchillo, una pístola, un tanque de guerra, quién sabe. No puedo correr riesgos. Acerca su mano. El tiempo se detiene.
Recordando mi entrenamiento taekwondoka, mi mano se atenaza sobre su muñeca y la tuerce con una violencia feroz, mientras yo me voy irguiendo en toda mi estatura. Hasta el momento en que despliego mi metro noventa (centímetros más, centímetros menos) en su totalidad, no termino de ver a quien tengo adelante.
Un vendedor de estampitas. O tarjetitas.
Sí, tampoco era lo que yo esperaba. No era el Guasón, ni el Pingüino, y mucho menos el Acertijo. Era un sucio y vulgar vendedor de estampitas. Sus peores crímenes seguramente consistirían en desconocer la ducha, ser enemigo acérrimo del dentista, tener una gran predilección por el vino en cajita, y por supuesto no tener gusto para la comedia.
Volvamos a la historia. Naturalmente no es lo mismo hacerse el gracioso con un muchacho que está sentado tomando mate que con un monstruo de mirada asesina que está a punto de romperte la muñeca y un par de cosas más si no salís de ahi rápido.
Pero soy un buen tipo, o eso me han dicho. Y no iba a usar mis poderes contra un pobre perejil. Así que lo solté, y el retrocedió un par de pasos asustado. Obviamente que no eran sus intenciones demostrar miedo, porque a un "tipo de la calle" no lo asustás tan fácil, claro que no. Pero bien que se alejó hasta que entendió que no le iba a romper la cabeza.
Se ve que el orgullo puede más que el sentido común a veces, y en vez de salir rápido antes de que yo cambiara de idea, decidió tentar su destino y quedarse, tratando de explicarme que no tenía intenciones de robarme.
Claro, porque yo no me di cuenta sólo eh? Te suelto porque me caes bien nomás, pelmazo.
-Doc. Taka: Listo flaco, ya está, ya pasó.
Ya sé que no me querés robar.
Vos viste como vivimos.
Ya compramos tarjetitas.
Eso fue más o menos lo que le dije.
Siguió intentando venderle tarjetitas a los otros. A mí no porque "Sos un mala onda, con vos no hablo". Menos mal que es por mala onda, yo pensé que seguías cagado en las patas.
Pero se ve que hizo de tripas corazón y se animó a tirar un último chiste:
- Larry De Clay: Querés que te cuente un chiste?
- Doc: A ver...
- Bocasucia: ¿Sabés cuál es el culo más virgen del mundo?
- Doc: No
- Suicida en potencia: ¿Qué, no le tenés fe al tuyo?
- Doc (con el pelo súbitamente rubio y los ojos azules destellantes): *mirada asesina*
- Mr. Lento: ¿Qué, te enojaste?
- Doc: Listo flaco, ya compramos, listo.
- Boludo resignado: Pero, pero, pero.... aaaahhh.... ma si, me voy.... (o algo así, anda a saber que dijo, pero se fue como un nenito cuando entiende que no importa lo que haga, no le vas a comprar el camión de bomberos porque ya le regalaste el muñequito de Buzz Lightyear que sale un huevo y ya lo dejó tirado sin pilas)
Después vino la ovación de la gente, los aplausos, el champagne, las chicas lindas y todas esas cosas que pasan cuando uno hace algo heroíco.
Bueno, eso fue El Doc contra el vendedor de estampitas para PC, espero que les haya gustado, chau.
Notas:
¹Sin contar el caso de que un negro de Camerún te diga "Date vuelta"
Saludos, SuperDoctorTaka.
-Combatiendo contra el crímen desde 1991-
PD: Flor de update mandé, no se pueden quejar.
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